PLANETA WEB 2.0. Inteligencia colectiva
o medios fastfood.
Barcelona,
España / México DF. Septiembre 2007
Introducción.
Por Cristóbal Cobo Romaní y Hugo Pardo Kuklinski
El
término Web 2.0 nació a mediados de 2004 y
se popularizó a partir de sus aplicaciones más representativas,
Wikipedia, YouTube, Flickr, WordPress, Blogger, MySpace, Facebook, OhMyNews.
Según O’Reilly, los principios constitutivos de ésta son siete: la World Wide
Web como plataforma de trabajo, el fortalecimiento de la inteligencia
colectiva, la gestión de las bases de datos como competencia básica, el fin del
ciclo de las actualizaciones de versiones del software, los modelos de
programación ligera junto a la búsqueda de la
simplicidad, el software no limitado a un solo dispositivo y las
experiencias enriquecedoras de los usuarios.
Alrededor
del concepto Web 2.0 giran una serie de términos-satélite que retroalimentan su
evolución. Software social, rich Internet applications, y redes sociales ETC .
Existe
una polémica alrededor de la relevancia y pertinencia del término Web 2.0,
hasta el punto de ser cuestionado por muchos actores del propio entorno.
Consideran que Web 2.0 es la denominación más
apropiada para describir el nuevo tipo de aplicaciones web dominantes y la fase
actual en la que se encuentra la red creada por Berners-Lee.
La
propia Internet es la madre de todas las redes sociales en línea y las
aplicaciones Web 2.0 son sólo un pequeño subconjunto de ese mundo virtual.
¿Qué sucede con un sistema de gestión de contenidos
colaborativo –pero restringido al entorno de una empresa– que funciona en sus
servidores sin tener a la Web como plataforma y con dependencia de un software gerencia
do en forma externa?
El
valor referencial y reproductivo de los nuevos conceptos está dado por su
sencilla comprensión para públicos no-expertos. En un entorno en el que se
generan cientos de lecturas aceleradas y mientras aún escasea una bibliografía
rigurosa respecto de la Web 2.0, este libro pretende desde su primer capítulo
ser un aglutinador de ideas para aquellos interesados en comprender y
profundizar en este momento evolutivo de Internet.
Para
comenzar se diseñó un breve glosario útil, Alejandro Piscitelli ofrece un
prólogo generoso y crítico a la vez. Una reseña del libro que suma nuevas
observaciones y lecturas que quedaron fuera del análisis propuesto en Planeta
Web
El
capítulo uno introduce al lector en la Web 2.0 y sus principios y diseña unos
ejesanalíticos para el trabajo posterior. En tanto, el capítulo dos propone
volver a los orígenesde la Web. En el capítulo tres se presenta un detallado
mapa de aplicaciones Web 2.0, el capítulo cuatro recopila y refuerza algunos
juicios críticos que circulan en el entorno académico. Alertando al lector
sobre la dificultad de encontrar comparaciones objetivas entre tecnologías en
un ambiente comercial. Como contraparte al triunfalismo de la Web 2.0 las
irresueltas violaciones al copyright; la
alfabetización digital y sus zonas de exclusión; el ruido y la indigencia
informativa como paradoja del exceso de información; Posteriormente, en el
capítulo cinco, se analiza un área de acción clave asociada a esta fase de
escritura social: las aplicaciones educativas.
Un
último punto de análisis, expuesto en el capítulo seis, plantea la novedosa convergencia
entre las aplicaciones Web 2.0 y la tercera generación de mobiledevices.
Además,
se establece un puente entre la Web social y la ansiada Web semántica.
Los
autores de esta excelente monografía acerca del Planeta Web 2.0 son los
primeros en advertir –junto a Carlos Scolari– la existencia de una ley de Moore
semántica que trabaja del mismo modo que la aceleración tecnológica,
promoviendo la obsolescencia terminológica planificada.
1. Fantasías que son realidades y al
revés también.
Trátese
de YouTube o de MySpace, de GoogleDocs o de mashups, de wikis y de blogs.
Aunque todos esos –utilizados sólo por una cifra que oscila entre el 5% y el
10% de la población total de la Web– ya son vocablos viejos, amarillentos,
apergaminados. Si se quiere ser un trendsetter y un coolhunter, un maverick o
un inventor de futuros, las palabras santas hoy son Twitter y Feevy, Diigo y
Jumpcut.
Si
bien muchas palabras/sitios/aplicaciones tienen el tufillo Web 2.0 (Cobo y
Pardo han inventariado 46 en Social Networking, 282 en Contenidos, 130 en
Buscadores y 152 en Aplicaciones y Servicios (mashups) en el capítulo 2 del
libro; más 112 adicionales en el capítulo 5) no podemos poner en el mismo
pedestal a aplicaciones menores que son utilizadas por unos miles de usuarios
que a las comunidades virtuales de fuste como MySpace (curiosamente ignorada en
América Latina) y el propio YouTube.
2. Esa nostalgia permanente de lo nuevo.
Desde
hace más de un año el sanbenito de la Web 2.0 no ha hecho más que crecer y
Crecer.
En estos días se trata de Ferie que se anuncia como la gran revolución
emergente entre las maravillas que imaginaban cambiar al mundo estaban los
agregadores de RSS, esa fantástica máquina de recuperar información a partir de
los tags.
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